Japan UNI Agency, Inc. Tokyo.
Kawade Shobo Shinsha Ltd. Publishers. Tokyo.
6 de Marzo de 2015. Murakami vuelve a la ficción.
El celebrado escritor japonés Haruki Murakami retorna a la ficción con "Hombres sin mujeres". Es un conjunto de siete relatos sobre la soledad que Tusquets publica en los próximos días en la Argentina, México y España.
En una entrevista reciente en The New Yorker, Murakami explicó así el sentido del libro: "Lo que deseo transmitir en este volumen es, en una palabra, el aislamiento, y lo que éste implica emocionalmente... El título hizo presa en mí (por supuesto, también el volumen de cuentos homónimo de Hemingway), y las historias le siguieron. Cada relato surgió de las vibraciones producidas por el título". Dos de esos títulos proceden de canciones de los Beatles, "Drive My Car" y "Yesterday". Los demás son "Un órgano independiente", "Sherezade", "Kino", "Samsa enamorado" -que rinde homenaje a Kafka- y, por último, el que da nombre al volumen, "Hombres sin mujeres".
El autor, que hace un mes sorprendió al mundo al abrir un consultorio sentimental en Internet, reflexiona en todos estos relatos sobre la soledad que se experimenta antes, después o incluso durante una relación amorosa. El dolor o el recuerdo de una pérdida, la incapacidad para la comunicación con la pareja, el amor no correspondido o el desconocimiento del afecto y del sexo están entre los temas tratados.
30 de Octubre de 2014. Keiko Kasza.
Despidiéndose de la Argentina, la ilustradora infantil japonesa firmará sus libros. Hoy, de 14 a 15, en Kapelusz (San José 831).
Lunes 27 de Octubre de 2014.
Keiko Kasza.
La ilustradora japonesa presentará sus textos infantiles en el Shopping Abasto, mañana a las 15:30. Más info: www.kapelusznorma.com.ar.
Domingo 31 de Agosto de 2014.
Hoy: "Sanshiro", de Natsume Soseki.
Mesa de saldos.
Por Matias Serra Bradford.
El principio de algunas novelas parece no suceder; es el lapso que el autor le da al lector hasta que se habitúe a un nuevo espacio. A ciertos escritores japoneses, como Natsume Soseki o Yasushi Inoue, las novelas no se les ocurren; van apareciendo de una manera instintiva, paulatina, inexorable. En Sanshiro reina un calmo avanzar del relato, hay tiempo para todo. Al principio de Kasamakura el narrador confiesa: "Partí en viaje en busca de la impasibilidad".
El autor de Las hierbas del camino no persigue efectos. En él no existe el esfuerzo; la calidad viene dada, precede a la trama y la soslaya. Soseki tenía un don indescifrable, semejante a una letra ilegible que al transcribirse revela un estilo prodigioso. Es evidente que algún sortilegio entra en funciones, porque con él hasta lo obvio resulta sugestivo. Quizá develó parte de su clave oculta cuando apuntó: "Quien sea que tenga una vocación literaria, si no acaricia un sueño todavía más bello, no es digno de esa tarea".
La notable penetración psicológica de Soseki aflora con una piadosa inevitabilidad. El suyo es un excelente ejemplo del buen uso del estudio del carácter de un personaje: tenue pero visible, preciso pero ligero. Es curioso ver cómo en Sanshiro se miran -se conocen- unas personas a otras, o cómo una amistad es igual de inapresable que una relación con una mujer. Los personajes se ríen de coincidencias o recurrencias inofensivas. La costumbre de sus personajes de repasar un diálogo que acaban de tener provoca una noción inquietante del tiempo.
Sanshiro es el retrato de un estudiante de literatura occidental que llega a una universidad en Tokio proveniente del interior del país. Las figuras de alumno y profesor son casi la condición esencial para calificar como personaje de Soseki. Al protagonista lo obsesiona -un clásico en Soseki y en las letras japonesas- la figura misteriosa de un maestro. De un catedrático, un amigo de Sanshiro dice: "Por eso lo llamo la Gran Oscuridad. Lo lee todo, pero no despide ninguna luz".
Como otras veces en Soseki, pocos tienen casa propia y sobrellevan sus días en albergues. Se producen préstamos que tardan en ser devueltos. Soseki es un especialista en registrar el modo en que la gente se engaña a sí misma -acerca de quién es- por medio de sus torpes manejos del dinero.
Al igual que en Kokoro, la historia de Sanshiro fluye naturalmente aunque haya no pocos blancos (rincones silenciados). Japón cree en la realización perfecta, en todos los planos, y sin embargo su mejor literatura tolera y alienta la imperfección, la elipsis, lo que crea un hueco. Las marcas de un estilo se detectan y se memorizan, incluso lo callado, como los rasgos ínfimos de una caligrafía. Soseki hace contacto con una materia tenue, difícil de localizar o nombrar, pero certera para cautivar. Cuando por un efecto de extrañeza de lo leído -que toma la apariencia de una distracción- el lector vuelve la página creyendo que se ha salteado una, e intenta separar la hoja que presuntamente falta de la que acaba de leer, comprueba la renuencia de un libro a soltar sus pliegues secretos.
Como Botchan o Soy un gato, Sanshiro es otra obra maestra que no asume el tono de tal. Si cada obra maestra de la literatura reescribe las reglas con que se la define, las de Natsume Soseki se abstienen de sugerir fórmulas o preceptos; tan inasibles son sus derivas.
Saiichi Maruya
Saiichi Maruya (27 de agosto de 1925 - 13 de octubre de 2012) fue un escritor y crítico literario japonés.
Biografía
Maruya, cuyo verdadero nombre era Saiichi Nemura, nació en la ciudad de Tsuruoka, Prefectura de Yamagata, el 27 de agosto de 1925. Su padre era médico, y al parecer lo suficientemente rico como para tener una biblioteca personal grande, que agudizó el apetito literario de Maruya.
Maruya fue movilizado por el ejército japonés en marzo de 1945, cuando todavía era un estudiante de secundaria, pero no vio acción en el campo de batalla porque Japón se rindió poco después. Tras el final de la guerra, terminó sus estudios de secundaria en Niigata, a continuación, en 1947 entró en la Universidad de Tokio para especializarse en literatura inglesa, aunque también estudió literatura japonesa clásica. Para desarrollar su propio estilo de escritura comenzó a traducir en inglés. Tradujo el Ulises de Joyce, en colaboración con Takamatsu Yuuichi y Nagai Reiji (1964) y Un retrato del artista como un hombre joven en 1969. Las obras de James Joyce fueron profundamente influyentes en su escritura. Después de completar sus estudios, fue profesor de literatura inglesa en la Universidad Kokugakuin y luego en la Universidad de Tokio. Durante este tiempo, escribió una serie de novelas que incluye Ehoba No kao O Sakete (1958), Kanata E (1962) y Sasamakura (1966).
Maruya también fue un crítico literario influyente, escribía opiniones editoriales en la revista Shukan Asahi y Mainichi Shimbun. Maruya dijo que la mejora de la calidad de las reseñas de libros en Japón fue una de de las cosas por las que estaba más orgulloso. Su crítica y ensayos incluyen Go-Toba En (1973), Nihon bungakushi hayawakari (1976), Asobi jikan (1976) y Chuushingura a wa nani ka (1984). Maruya murió de insuficiencia cardíaca el 13 de octubre de 2012.
Premios
En 1968 Maruya ganó el Premio Akutagawa por Toshi No nokori. En 1972 publicó Tatta Hitori No Hanran, una de sus mejores obras, por la que ganó el Premio Tanizaki. También ha recibido el Premio Kawabata, el Premio Kikuchi Kan al Mérito Cultural y el Premio Literario Noma (1985), y finalmente la Orden de la Cultura, otorgado en 2011 por el emperador de Japón.